domingo, 8 de marzo de 2020

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA UN ÁNGULO ACALLADO





Por Nael Ramírez Domínguez

Fuentes: Rebelión

Se acerca el día en que la mujer comúnmente es «festejada» con flores y detalles, tanto en la familia como en los centro de trabajo, sin quedar atrás claro, los eventos realizados por las instituciones públicas, en donde reiteradamente evocan la importancia del género femenino en nuestra sociedad, pero hasta ahí. La mujer es vista […]

Se acerca el día en que la mujer comúnmente es «festejada» con flores y detalles, tanto en la familia como en los centro de trabajo, sin quedar atrás claro, los eventos realizados por las instituciones públicas, en donde reiteradamente evocan la importancia del género femenino en nuestra sociedad, pero hasta ahí. La mujer es vista como un elemento integrante de nuestra comunidad en roles de esposa o madre, en la mayoría de las veces, un complemento en nuestra sociedad. Se nos oculta la verdadera esencia del Día Internacional de la Mujer, un género activo, forjadora de generaciones, creadora de riqueza y luchadora constante por la transformación social, no sólo la de su género, sino el de la humanidad total.

El Día Internacional de la Mujer, va más allá de rosas y claveles, es un día para conmemorar no al género en sí, sino a las luchas históricas que han dado para arrancar los derechos que los hombres de la clase trabajadora previamente habían conseguido, pero no sólo eso, sino en la búsqueda de derechos propios, por necesidades únicas de su naturaleza, como la incapacidad por maternidad, por ejemplo.

El ocho de marzo es un día en el que las mujeres políticamente accionan o deberían accionar ante su realidad, pero la decisión de valorar ésta fecha recae necesariamente en entender el carácter político de su origen, por lo que es imprescindible recurrir a nuestra historia.

El Día Internacional de la Mujer, tiene sus orígenes en un contexto de florecimiento del capitalismo, en donde el avanzado desarrollo tecnológico industrial aglomera en las fábricas de los países desarrollados, tanto a hombres, mujeres y niños. La riqueza material era producida en iguales circunstancias por ambos géneros, y prácticamente aplicando la misma fuerza gracias a la maquinaria industrial. Pero esa igualdad en la producción de riqueza no era reflejada en las relaciones sociales de convivencia; la mujer era relegada de la participación política, de la igual remuneración por el mismo trabajo, de la educación, de la seguridad e integridad en el trabajo.

Ambos, tanto hombres como mujeres eran explotados en jornadas laborales de diez o doce horas, sin ninguna seguridad social, ni garantía de trabajo a futuro, a ambos obreros se les expropiaban sus riquezas generadas; en estas condiciones surgen las luchas de los trabajadores en general, ven la luz los sindicatos como instrumentos de reivindicaciones económicas y laborales, así mismo los partidos de la clase trabajadora socialistas-comunistas.

Ante la igualdad de producción en el sistema económico y la desigualdad de garantías en las relaciones laborales, las mujeres comienzan a organizarse para luchar por mejores condiciones de trabajo, pero no lo hacen alejadas de los demandas obreras, sino que surgen dentro de ésta clase, no podía ser de otro modo, así la participación sindical abre paso a la abierta participación política, por el derecho a sufragar y decidir su destino como miembros de una misma sociedad.

El surgimiento de la lucha feminista está íntegramente ligado a la lucha de la clase obrera y a su movimiento político por el socialismo, por lo que no es de extrañarnos que fueran las mujeres socialistas de Estados Unidos quienes por primera vez en mayo de 1908 celebraran el Día de la Mujer, en Chicago, Illinois; pero fue hasta el año siguiente, en febrero de 1909 en Nueva York en que ésta celebración se hace nacional, tras una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos, como homenaje a la lucha de las obreras textiles del año anterior, donde más de quince mil trabajadoras marcharon por Nueva York en demanda de mejores salarios y derecho al voto.

Las condiciones del sistema capitalista eran similares en los países industriales, por lo que fue también en Europa donde mujeres socialistas enarbolaron demandas de clase, como de género. En 1910, se realizó en Capenhague, Dinamarca, la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en donde más de cien mujeres representantes de diecisiete países, demandaron el sufragio universal; en éste mismo evento la comunista alemana Clara Zetkin, propuso ante el pleno que se declarara el día 08 de marzo, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la respuesta fue unánime por parte de las asistentes al histórico evento.

La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se realizó el 19 de marzo de 1911, de manera simultánea en Alemania, Austria, Dinamarca y Suecia, las celebraciones fueron mítines de miles de personas que exigían el derecho al voto, derecho a ocupar cargos públicos, al trabajo y a la no discriminación laboral. Exigencias netamente políticas y sindicales.

En posteriores celebraciones en el marco de la Primera Guerra mundial, las mujeres conmemoraron su día exigiendo la paz, pero a ésta exigencia generalizada, se concretaba la exigencia de justicia social, así en Rusia, el 03 de marzo de 1917 cerró la mayor fábrica en Petrogrado, se lanzó a treinta mil obreros al desempleo, por lo que los obreros anunciaron una huelga, ante esto el Estado respondió disparando a los manifestantes; cinco días después, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, mujeres y hombres realizaron manifestaciones y mítines que gradualmente aumentaron hasta producir la conocida Revolución de Febrero, donde caería la monarquía zarista, desarrollándose así una lucha que conduciría a la Revolución de Octubre, la primera revolución socialista en el mundo.

Fue la Revolución de Octubre y la consiguiente constitución de la Unión Soviética la que trajo los más avanzados derechos para la mujer, así la comunista Aleksandra Kollontái, Comisaría del Pueblo para la Asistencia Pública, sintetizó las demandas femeninas y logró que la revolución socialista sentara las bases para la plena igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo y en la política, se crearon salarios de maternidad, guarderías y hogares para los niños, lo que liberaba a las mujeres de la actividad meramente del hogar, también y como gran salto de los derechos de la mujer, se conquistaron el derecho al divorcio y al aborto.

Fue la Unión Soviética, el primer país en institucionalizar el Día de la Mujer, y fue gracias a la lucha incansable de mujeres y hombres que lucharon en igualdad de condiciones por una revolución socialista. Hoy día ésta fecha es ya conmemorada en todo el mundo, pero sin duda alguna, son los países socialistas como Cuba, Corea del Norte y los antiimperialistas como Venezuela, Ecuador, Vietnam, Bielorrusia y algunos otros, los que realmente garantizan el pleno derecho de las mujeres, no sólo en leyes, sino en la vida real y concreta, con grandes similitudes como lo que un día fue la Unión Soviética.

El Día Internacional de la Mujer, no es un día para festejar con rosas y claveles, es un día para conmemorar y tomar conciencia que tanto mujeres y hombres, tenemos la responsabilidad de luchar juntos por igualdad de condiciones en nuestros desarrollos tanto individuales como colectivos y esto solo será posible si nuestro accionar es político, eliminando los paradigmas del sistema capitalista, que todo convierte en mercancía; así lo hicieron las precursoras del feminismo en el florecimiento del capitalismo, así tendremos que hacerlo en el ocaso del capitalismo.



viernes, 6 de marzo de 2020

FEMINISMO Y 4T




Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

México, febrero y marzo de 2020. López Obrador, primer gobernante no neoliberal ni corrupto ni misógino –franco ni encubierto--, luego de 36 años de podredumbre pri-panista, entró en su segundo año de ejercicio.
Contra él había surgido el odio de clase desde el primer día de su mandato; el profundo rencor de la extrema derecha y la más rancia burguesía; y desde entonces se ha expresado un día sí y otro también; todo pretexto ha sido bueno. Porque igual que en Brasil, Argentina, Bolivia y todos los demás países hermanos de América Latina donde surgió un gobierno no neoliberal, en México también empezó a fraguarse de inmediato el llamado golpe blando, con el fin de derrocarlo.
Se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El 18 de febrero unas decenas de mujeres, la mayoría encapuchadas, pintarrajean los muros del Palacio Nacional e intentan incendiar la Puerta Mariana, “en protesta por los feminicidios y la violencia de género”, y a gritos inculpan al “Estado feminicida”. Nunca hicieron algo parecido cuando al frente del Estado estuvieron los gobiernos que en los hechos favorecieron al feminicidio y la violencia de género.
Acciones parecidas se siguen realizando en los días posteriores. Al mismo tiempo se pone en marcha la poderosa arma de la propaganda y la desinformación, indispensable en todo proceso de golpe blando. Cunden las noticias falsas sobre una supuesta insensibilidad de López Obrador frente a los graves problemas que aquejan a las mujeres en México; se habla de negligencia y de impunidad. A AMLO le inventan y deforman burdamente sus dichos al respecto y muchos datos, que desmentirían la especie, se ocultan y otros tantos se alteran. Se crea así, por medio de la manipulación un ambiente artificial de enfrentamiento entre la defensa de las mujeres y sus derechos y el gobierno de la 4T, como si hubiera alguna clase de antagonismo.
En este contexto surge el llamado a un día de paro nacional, “un día sin nosotras”. Un pequeño grupo de Facebook, denominado Las Brujas del Mar, lanza la iniciativa; dicen que no es cosa de partidos ni de derechas ni de izquierdas; sólo se trata de las mujeres y sus derechos; de que no se les siga asesinando. Pero, de inmediato, todas las instituciones misóginas apoyan el llamado; la derecha golpista, toda, al unísono, lo hace suyo; toda su poderosa maquinaria de propaganda lo difunde, y el asunto toma inusual fuerza y un sesgo torcido, maquiavélico, contra el primer gobierno no misógino, el de la 4T.
¡El mundo al revés! Las damas encopetadas y las señoras que ejercen la política como profesión, al servicio de la extrema derecha, ahora empuñan las banderas de Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo. ¿Cuánto tiempo durará su engaño? ¿A cuántas mujeres de nuestro pueblo, luchadoras aguerridas, combatientes admirables por sus derechos y los de sus hijas e hijos, los de toda su familia, lograrán enredar en su juego tramposo? En unos días más lo sabremos. Yo, por mi parte, tengo una gran confianza en todos esos millones de compañeras que votaron por AMLO y que sin duda sabrán defender la 4T de esta maniobra y muchas más que vendrán después.

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA UN ÁNGULO ACALLADO

Por Nael Ramírez Domínguez Fuentes: Rebelión Se acerca el día en que la mujer comúnmente es «festejada» con flores y detalle...